domingo, 30 de septiembre de 2012

Suicidio no concebido.

Era un sonido.

Ese sonido me atrapó, me enamoró. Cuando lo escuché, de inmediato quise saber de donde provenía. No me importaba donde, pero tenía que encontrarlo. En ese momento de mi vida me sentí obligado a encontrar ese sonido, mi motivo de vida se sustituyó por un momento. Necesitaba, sí, necesitaba encontrar ese sonido.

Cuando me encontré en frente del castillo, solo quise entrar, porque quería ese sonido. Había mucha gente, súbditos del trabajo, esclavos de otros esclavos.

Pero era hermoso. Ese edificio. La ciudad, en medio, ese edificio. El sonido nacía ahí. Alto, alto, tanto que se escondía en las nubes su cima, como niño tímido que se esconde detrás de su mamá.

Caminaba en medio de la guerra, en medio de disparos, en medio de ataques, en medio de la desesperación, sobre la sangre, sobre mis pies temblorosos. No, ¿porqué temblaba?

El sonido me guiaba, me sentía bien en el fondo. En medio de tanto caos, ese sonido me guiaba, me había hecho su amigo, había depositado en una entidad abstracta mi confianza. Oh, dame la mano. No quería perderme, pero los demás sonidos eran imposibles de no escuchar, sin embargo, el sonido principal que me había motivado a entrar al castillo seguía ahí. No me importaba lo que me rodeaba, mi mente tenía dirigida su atención hacia ese sonido suave.

Seguí caminando, con un poco de sudor en mi rostro, seguía en mi misión. Ese sudor provocado por la tensión de la revuelta en medio del castillo, una revuelta que no me detuvo a dar los siguientes pasos.

Entonces aprecié lo que era una manera diferente de vivir. El alzarce era el argumento principal de esa nueva filosofía. Fue como una iluminación. Espera, era el sonido de nuevo. Ese sonido suave de nuevo me hizo enamorarme, me incitaba a buscarlo mosntrándome una nueva filosofía.

'Elevate' me decía. 'Tienes alas' me mentía, porque sé que no tengo alas. Pero algo me decía que confiara en su palabra porque era algo especial para mi persona. No hacerle caso era rechazarme a conocerme. Así, obedecí.

Pero me percaté que no sabía cómo volar. Sin embargo, el sonido se volvió más fuerte. En ese justo momento algo recorrió mi cuerpo, lo describiría como una chispa de energía, un momentáneo salto de propósito, un 'puedo hacerlo'. Dudé, tuve miedo de sentirme engañado, pero el sonido volvió a sonar fuerte en mi mente, fue algo como diciéndome 'Tú puedes', no podía negarme a escuchar las respuestas.

Solo respiré y cerré mis ojos, para luego borrar todos mis pensamientos. Pensamientos, dije, denme privacidad.

Cerrar mis ojos fue abrir la puerta a una multitud de gente furiosa. Solo vi la oscuridad, y se amotinaron contra mí. Ahora mis ideales me traicionaban, pero no, eso no me impidía cerrar los ojos. La fuerza centrífuga de las emociones estaba en contra mía.

Y la guerra acontecía, y los gritos se acumularon como dulce azúcar en una taza. La gente me gritaba pidiendo ayuda, querían deshacerse de sus pesadas armaduras.

Gritaban. Esas armaduras les dolían, eran pesadas. Los tenían equipados para defenserse de los demás ataques, pero se dieron cuenta que eso conllevaba cargar algo muy pesado. Los comprendía, no querían sentirse lastimados, mismo motivo que a su vez los obligaba a cargar esa armadura pesada. Es cierto, dije, es cierto, solo querrían correr libres sin temor a ser dañados, a que dañen sus cuerpos.

Me tomaban de las manos todos, querían algo. Sin embargo el sonido disminuyó, diciéndome que los ignorara. No era su tiempo, era mi crescendo.

Pero sus gritos de desesperación me entristecían, querían tirar las armas y abandonar sus armaduras que tanto pesaban. Algunos se desvanecían, otros solo tomaban mis manos pidiendome que les prestara un poco de mi vida.

'Escúchame'. Otros, 'háblame'; 'amáme'; 'quiéreme', 'dime quién soy', 'devuelveme lo que perdí'; me rogaban. 'Dame lo que merezco'; 'gritame que estoy mal'; 'reconoce que lo he hecho bien'; lloraban. 'No quiero perderme'; 'tengo miedo'; 'no me olvides'; 'yo también te necesito'; 'estoy confundido'; 'lo olvidé', 'Dame otra oportunidad'; '¡Regalame ilusiones verdaderas!'. Me rodeaban con sus súplicas, querían mis respuestas.

Sin embargo, el sonido me decía que los ignorara, ellos se equivocaron ahora y tendrán que sufrir las consecuencias de ser ellos mismos. Quería abrir mis ojos y verlos, pero eso sería denigrarlos. Verlos por pena.

De pronto, como una señal que lo estaba haciendo bien, el sonido comenzó a escucharse más claramente, me di cuenta que era un canto, pero de una niña. No la veía, pero la escuchaba.

'Viva la melodía, recordemos que la Felicidad está en la nada' Decía aquella señorita con su canto. Quería abrir mis ojos. 'Está en la nada, recuerda' contestó. Respondió a una pregunta inexistente.

'Si no puedes verme, pero me escuchas, estás feliz de todo. La felicidad está en la nada'

Fue cuando aquellas sensaciones de súplica se callaron. ¿Qué pasó con ellos? No sentía sus manos sobre las mías.

'Todos somos nada. Volvamos a la nada' cantaba. Luego sentí una mano pequeña y suave en mi mano derecha. Quería abrir mis ojos y verlo, pero dicen que lo mejor del mundo no se ve, se siente.

Me agitaba la mano, la niña se divertía abrazando mi brazo. Escuchaba sus risas, estaba alegre  y no paraba de cantar. 'Dejate caer' cantaba, 'Reduce tu vida a una pizca de gracia'.

Comencé a oler unas flores. El aroma de la alegría, vino a mi mente sin querer.

'Aplaude, tu existencia es nada ahora.' Y entonces escuché unos aplausos. 'Todos en coro, canta' Y canté.

'La felicidad está en la nada, dame la nada' canté junto a aquella señorita.

Cuán glorioso me sentí en ese momento. Las lágrimas brotaron solas, solas ellas solas.

'Tu corazón debe ser nada' decía aquel coro. 'Tu corazón debe ser nada' canté, 'Que todo sea nada en sus vidas'

Un acto, potencia, ser. Adjudicar cualidades, yo era, ella era. Nosotros éramos nada, no, la nada es la nada...Nosotros eramos.

'Canta y desvanece tus heridas. Dejame poner tu mano sobre tu corazón' decía la niña. Y me dejé.

Podía sentir como todos esos males de mi cuerpo y mente me abandonaban. Todo era una gloriosa nada. Todo se volvía nada.

Mis latidos se volvían nada. Eran nada, no, eran un simple eran.

¡Era un ángel! Aquella niña...¡Era un ángel! Escuchaba su canto y me relajaba.

'Mata tu sufrimiente para vivir la vida'. ¡Eso haré!

'No eres tú' ...

'Muere'...Espera.

'Es lo último de ti' ...No.

'No abras los ojos y convierte tu odio en todo, para darle lugar a la felicidad en la nada' No.

'Dejate caer' ¡No!

Me agité mucho, me solté de ella, abrí los ojos y miré las nubes. Era la cima de un edificio.

Y era como si Nada había pasado.

sábado, 29 de septiembre de 2012

El sendero que da vueltas.

Dando el primer paso vamos caminando y alegrando nuestro camino juntos, ambos unidos sonreimos y nos vemos, nos ilusionamos y terminamos pensando lo que encontraremos al final del sendero que da vueltas. Tú intuyes, como toda mujer, esto y más, yo como hombre me siento obligado a comentar que así será.

Dando pequeños pasos, avanzamos a lo largo del sendero. Comienzo a pensar que esto traerá muchas sorpresas. Tú me comentas que escuchas tambores, yo te contesto que son los latidos de nuestros corazones que han encontrado el ritmo ideal a esta ocasión.

Damos vueltas, valga la redundancia.

Y entonces tú me dices que vea la luz que nos guía, pero yo te contesto delicadamente que eso es el sol, a lo que responde que es el sol, efectivamente, pero no su brillo es lo que nos guia, sino su alegría.

Me doy cuenta que tienes razón, caminemos juntos y démonos cuenta que tenemos que ser alegres para ver siempre el camino. La alegría emana luz que ilumina los senderos más oscuros.

Pero tú me dices alzando la voz ''¡Pero si este camino solo da vueltas!'' a lo que yo sonrío sin querer.

Se me dibuja una sonrisa idiota y tú te ries. El sendero que da vueltas es muy largo, aunque estando contigo me doy cuenta que es la mejor ocasión de poder compartir nuestros sentimientos. Un sendero en donde vamos felices.

Pero tú me vuelves a alzar la voz diciendo ''Entiendelo, tontito, este camino solo da vueltas''. Fue cuando me percaté del significado de tus palabras.

Estamos en el sendero infinito que da vueltas, que se yuxtapone a las flores. El amor es como un sendero que da vueltas. No importa la distancia que se recorra, porque no existe distancia, hasta el sendero circular más pequeño del mundo será infinito, porque da vueltas. El amor es así, simple pero infinito. Complejo para quien no está en el sendero.

Los corazones que sirven de orquesta a esta ocasión nos indican que es el momento, en el sendero acaecerán muchos tormentas, pero eso solamente hará barrer la basura, porque serán las pruebas que demuestren quienes somos para con nosotros mismos.

No sabía como agradecerte. Pero tú veniste y mencionaste ''El sendero que da vueltas es circular, no ovalado.'' Continuaste diciendo ''No importa que nos separemos y tú tomes otra dirección, siempre nos encontraremos, porque el sendero solo da vueltas.'' Me dijiste en ese momento.

Más allá de aquí habrá más, porque el sendero es infinito y halle donde se le halle estará el sendero. Sin embargo, la curiosidad con el temor se mezclaron, y pregunté: ''¿Y sí me salgo del camino?''

Entonces me di cuenta que el mundo da vueltas.

viernes, 28 de septiembre de 2012

No tengo imaginación.

El sol luce luce, bella en la altura del mar, del mar de colores, que Dios derramó en aquella extraña ocasión en que me dí cuenta de que todo era una siniestra ilusión provocada por quien gritó de lujuria en su momento de fetiche, que no sé porque sé aunque sé que no era lo suficientemente valoroso.

 Y nadie hace caso de lo que le digo pero no sé, ya no me deja reirme esta señora pero igual no me interesa porque borré la pared con lujo de detalle de aquel texto informativo del diario húmedo que encontré tirado en la calle el cual me llamó la mínima atención pero mi locura es curiosa así que no quiero aprender nada.

Ah bueno pero uno también puede gritar aunque no puedo evitar dejarme someter ante mi locura pero sé de una buena fuente que ese psicologo está loco porque no sabe lo que dice menos lo que piensa porque está loco y no sabe que está loco pero yo sé que estoy loco así que no estoy loco pero ya dejame en sujeto de la oración no quiero olvidarme de ella y deja que me diluya en mi suelo canadiense.

Pero porque hice esto ya ni sé no espera esta era lo que los dioses falsos me dijeron que olvidara. Debí hacer esto cuando estaba solo aunque bueno ya olvida que hemos leido un testimonio de muerte y diles adiós al perro.

(¡Y listo! Lo pasaré a mi blog cuando llegue a casa, aunque si estás leyendo esto es porque ya lo pase. La técnica de Escritura Automática, interesante. Estoy seguro que volveré a hacerlo.)

El Amor es apto solo para niños.

Durante todo este tiempo he estado observando la actitud de los niños y niñas que me rodean. Podría decir que he iniciado una pequeña investigación en busca de ciertos aspectos de los infantes en cuanto a sentimientos que adultos, creemos siquiera manejar. 

Los resultados me cautivaron mucho. Todo lo que he entendido hasta ahora me lleva a concluir que, el sentimiento predominante entre ellos es ese que provoca tantos problemas a jóvenes y adultos.

El amor.

Los niños cuando juegan, juegan, se divierten y pasan el tiempo juntos. Les pido su atención a esto. Se divierten, es decir, se divierten. Ellos no pasan el tiempo juntos, porque ellos no están concientes que hay tiempo para jugar como hay tiempo para laborar. No, ellos simple y llanamente se divierten sin importarles el tiempo que pase.

Juegan. Lo simple de esto es lo complicado del asunto. Ellos juegan y se divierten, ellos viven el momento al instante y rechazan lo demás que sea ajeno a su diversión. Están alegres y no piensan dejarlo ser. Viven la diversión sin temor a nada. Aquí es cuando figura el amor.

El amor a hacer las cosas. Los niños lo saben muy bien. Hacer sin deshacer. El realizar y realzar. Correr y volver.

Los niños y niñas se divierten en un mundo donde el tiempo no existe, porque ellos aman lo que hacen. ¿Ven? El amor rompe el tiempo. Su amor a lo que hacen es tan puro que no están concientes de si mismos a la hora de divertirse, porque ellos aman lo que hacen, no entienden porqué les gusta tanto, pero les gusta tanto que lo aman.

Llegados a este punto, surge un acontecimiento peculiar. Ellos se divierten con otros.

Los niños juegan entre sí. No hay juicio para esto. Ellos no te preguntarán si quieres jugar, te lanzarán el balón directamente. El amor a hacer las cosas juntos implica compartir deseos.

Hemos perdido eso, el amor a compartir nuestros deseos. 

Prosiguiendo con mi explicación, ellos nunca discriminarán con quienes jugar. Atención, que me refiero a niños, no chicos más mayores. No quisiera definir una edad concisa, pero vamos por hay de los siete años.

Ellos aman lo que hacen y comparten sus deseos sin prejuicios. Ellos se aman entre sí mismos, porque todos comparten un mismo deseo: divertirse.

Tras todo esto comienzo a pensar que los niños se enamoran de ellos mismos. Si un niño se cae, otro le ayuda a levantarse y los demás le animan. Es como una familia.

Los niños están enamorados. Ellos rien, lloran, se divierten, gritan, corren, están felices y viven cada emoción como una familia muy unida.

No, necesito más tiempo para pensar, necesito más tiempo para investigar.


viernes, 21 de septiembre de 2012

La Puerta a la Amistad.

Cuán interesante es la vida, que es capaz de asombrarnos por pequeños detalles, detalles que pasamos desapercibidos, que ignoramos creyendo que no tienen valor alguno. Y nos hacen ver que somos idiotas creyendo que sabemos todo.

Ayer en la tarde me disponía a dirigirme a mi institución educativa, o como me gusta llamar, ''cole''. Iba saliendo de mi casa, cuando me di cuenta de que estaba en presencia de un suceso extraordinario, de proporciones abismales y de valores incalculables.

Abrí la puerta.

Y vi ese destello de luz asomarse y decirme ''hola'' como si se tratase de otra persona. Cuanta curiosidad me provocó ese momento que sentí que habia descubierto algo que nadie más ha descubierto. Me sentí obligado a investigarlo con más definición, plantearme un problema al cual deseaba encontrarle la solución.

He aquí el momento cuando descubrí que la ciencia es la mejor herramienta del humano.

''La puerta rechinaba, o hacía ruido al abrirla y cerrarla. ¿Porqué?''

De pronto me percaté que este problema no podría manejarlo de maneras cuantitativas, o de alguna manera que pudiese manejar para su fácil compresión.

Me llevará tiempo. No solo el concepto de este problema tenía su dificultad, sino también su desarrollo. El primer paso que opté por realizar fue simple, por paradójico que sonase.

Abría y cerraba la puerta, la abría y la cerraba, la cerraba y abría, la abría y cerraba. No podía cerrarla si ya estaba cerrada, entonces no podría abrirla si ya estaba abierta.

Un pensamiento vulgar se me ocurrió, pero lo ignoré.

Proseguí a seguir con mi pequeño experimento.

No. Pequeño era lo único que no podría ser. Estaba ante el descubrimiento que cambiaría la vida de muchas personas, era el génesis de una revolución.

Y ya me callo, que me desconcentro.

Abría y cerraba la puerta, y cerraba para abrir la puerta.

El sonido de la puerta se introducía cual inyección en mi conciencia. Era incesivo.

¡Y la puerta me maravillaba! En serio, era una maravilla estar ante ese momento tan glorioso. No sabía qué hacer con tanta curiosidad. Me sentí hipnotizado, no sabía que hacer con tanto sentimiento de descubrimiento.

¡Y se cerraba! La puerta me decía en la cara que hacía algo interesante. Era como ver esos videos en donde se muestra el crecimiento de una flor pero en secuencias aceleradas, viendo como la naturaleza nos demostraba su manera de hacer las cosas.

¡Y se abría! Ese sonido, no sé que era lo que me producía que me sentí hipnotizado. ¿En serio? Creo que algo me quiere decir. Indirectas eran. Lo noté. Que alguien me quite esta ansiedad, quiero saber lo que me decia. Necesito descubrir el significado de este fenómeno que me asombraba.

De pronto me di cuenta que solo era una puerta que le hacía falta aceite.

...No. ¿Acaso estoy devaluando este fenómeno maravilloso? El hecho que sepamos cómo sucede no quita el valor especial de todos aquellos sucesos que acontencen en nuestro alrededor, en nuestro pequeño y a la vez gran universo. Que la ciencia no nos haga olvidar que la vida es bella, interesante, extravagante, extraordinaria, todo menos simple. Todo lo contrario, que la ciencia nos demuestre aquello, ''Es así'' y que ese sentimiento de asombro nos invada y nos acose la curiosidad.

La perspicacia me hizo decidirme en realizar tal experimento. No quiero darme por vencido.

¡Y ahi iba de nuevo! Que alguien me quite esta curiosidad, la sorpresa no dejaba de vacilarme, era como diciéndome ''No me puedes ver''. 

Dejame puerta, permiteme saber qué te sucede. Quiero ser tu amigo, ¿porqué haces ruido? No, que eso ya lo sé. ¿Porqué ese porqué? Exacto, dime la razón de tu ser.

Y seguía con ese ruido. Algo me decía. Puerta, te lo imploro, dime la razón de tu ser.

Ese sonido volvió a hacer eco en mi mente. De inmediato me di cuenta que todo este tiempo había estado ignorando su sentimiento, había ignorado eso que sucede cuando nos damos cuentas que la vida es tan bella como cruel. Me arrepentí, o no sé, me sentí fatal. Quería ser su amigo y no me había dado cuenta que me estaba poniendo a prueba. Solo quería descubrir en mí la confianza.

Había estado todo este tiempo diciéndome lo que le sucedía exponiéndose. Y yo aquí todo ignorante no me di cuenta. Un sentimiento desgarrador me atrapó, sentía que me arrancaban el corazón. Me sentí como un mal amigo, lo peor que me puede suceder era eso, sentirme como un mal amigo. Me centré tanto en mí que olvidé sus deseos. Por un momento, solo por un momento, sentí que había cometido traición, y fue lo suficiente para motivarme a escribir esto como una carta de disculpa, que de seguro nadie leerá, pero que me hará sentir un poco más que bien. 

Y todo por eso, quería descubrir porqué me llamó la atención este suceso, y me centré tanto en saberlo que olvidé un detalle: La Puerta...

Estaba llorando.



sábado, 15 de septiembre de 2012

El primer y último pensamiento.

Mi día comenzaba muy alegremente, tenía listo todo para comenzar bien este día. Me preparaba, unía cosas pendientes, en verdad había amanecido muy bien. 

Qué digo, es un día normal, soy un loco.

Claro, que hay cosas que tengo que solucionar, pero así es la vida. No debería preocuparme, además que hoy tendrés unas horas libres y podré hacer lo que quiera, como hablar con mis amigos, dibujar, escribir, algo así. Aunque ciertamente, si me preguntaran, no sabría qué hacer.

Pero ando falto de energía, eso es todo, ya en el día voy a encontrar algo divertido, sé que algo habrá que hacer. Pero no sé realmente si quiera hacer algo...

Me faltan ánimos, es todo. ¡Miren el día! Es muy hermoso como para andar triste, son cosas que suceden y ya. Mi estado anímico es así. Me siento muy bipolar por momentos pensando estas cosas.

En serio, caminando por la calle, ves a la gente haciendo su vida, y yo también estoy haciendo mi vida. No estaría mal suponer que tengan problemas al igual que yo, ¿no? Pero...mis problemas son dfíciles de manejar. No sé, todos se ven felices, yo en el fondo me siento algo mal. En fin, son detalles insignificantes. Debo de centrarme en lo positivo.

Mis amigos me alegrarán el día. Un rato de charla, saben, ayuda mucho. Te sirve de reflexión sobre las cosas de la vida. A mí en lo particular me gusta hablar de cosas interesantes de la vida, me desestresa.

Oh, parece que hoy no llegaron. Es extraño, no me dijeron nada. Espero que no les hayan pasado nada malo. Me sorprende mucho que no hayan llegado a clases hoy, y me sorprende aún más que ambos hayan faltado el mismo día. Son personas muy puntuales, por eso mi sorpresa.

Ya va, igual, debo de concentrarme en lo mío. Espero que no sea muy difícil lo que vea hoy en clases.

Ahí va, matemática. No me resulta difícil, pero lo siento muy tedioso. De todas maneras, solo debo de centrarme en lo mío. Pero lo cierto es que me resulta algo difícil, bueno, esas ecuaciones no son difíciles; ahora bien, aprender formulas no es lo mío.

En serio, todos menos eso. Soy malo en esto.

Un momento, no debería pensar en eso, son cosas de la escuela y ya. Pronto se acabará esta clase.

Ahora vamos a química. No sé, me resulta complicada de entender, pero es el conocimiento del mundo, ¿no? Es esencial saber cómo funciona el mundo. Es divertido si lo piensas de ese modo. O quizá no, no sé, son cosas difíciles de contextualizar. Tanta operación y eso, conceptos que aprender, me fastidia algo.

No me gusta esto.

No. No me gustará pero igual debo aprender. Esto me servirá, aunque no sé en qué, lo que tengo planeado estudiar en la universidad no tiene mucho que ver con esto. 

Es aburrido al fin y al cabo.

No, no puede ser aburrido. Yo sé que puedo. Es cierto que hay cosas que no puedo o no se me dan bien, pero eso no me impide salir mal en esto.

Aunque mis calificaciones necesitan mejorar. Sí, eso es cierto, por eso debo empeñarme en seguir adelante.

Aunque no encuentro alguna satisfacción. Digo, tengo buenas calificaciones ¿y qué? Usualmente no me recompensan por esto.

Pero yo me recompenso, igual vale. Aunque sería muy bueno alguna que otra felicitación...

Cuando tengo malas calificaciones me dicen de todo, me regañan, los típicos sermones, ''tienes que mejorar'' ¿Pero porqué cuando lo logro no me dicen siquiera un ''felicidades''?

Pero sí me felicitan, qué digo. Me dicen ''felicidades, sigue así''. Eso es algo...

¿Pero porqué cuando fallo se empeñan tanto en restregarmelo en la cara? No, son cosas mías, no debería guardar réncor.

Aunque, no es réncor, es ansias de justicia.

No, solo me estoy justificando mis malos sentimientos...Pero, debería expresar mi descontento con esta situación.

No, sería mala idea, solo agravaría la situación. Pero...si no hago nada se agravaría más.

Debería dejar de pensar estas cosas. Me provocan algo de...odio. No quisiera llenar mi mente de pensamientos negativos.

Pero yo no me lleno de pensamientos negativos, el mundo me invade de malos pensamientos. No soy yo, ellos son.

No, en serio, debería calmarme. Son aspectos que debo mejorar. Anda, debería hablar con la gente y así pasar el rato.

Pero me aburre. Digo, no le encuentro interés a hablar con la gente. Quizá sea asocial...

No, un momento. Es que me aburre hablar con la gente, no es que tenga miedo de hablar. La gente me aburre con sus caprichos, problemas, y ya tengo suficiente con los míos. Sin embargo, estaría encantado de hablar con otra persona si esa persona llega y me dice hola para entablar una plática. Aunque, siendo sincero, no tengo ánimos de hablar. En fin, simplemente no me interesa hablar ahora. Además, tengo a alguien especial que siempre me alegra.

Pero, ayer no hablamos. Quizá esté ocupada. Sí, eso es. Tiene una vida bastante complicada con su familia, como me sucede a mí, aunque yo intento solucionarlo, ella no sabe qué hacer. Yo le ayudo en lo que puedo, dándole ánimos, y diciéndole cuanto la amo.

Pero de vez en cuando, me gustaría que me animaran. Lo malo de dar siempre animo a los demás, es que yo me quedo con nada. En fin, ver sus caras sonrientes es suficiente para mí, pero la verdad que quisiera que alguien me diera ánimos...Se vuelve difícil tener que cargar con tanta carga emocional. Ya, se me va a quitar, son ideas mías, no quiero sentirme triste.

Yo a ella la amo mucho, siempre le demuestro mis sentimientos hacia ella. Siempre le doy ánimos para seguir adelante; estoy con ella para que no se sienta sola. Soy un buen novio, ¿no? Creo que la base de ser un buen novio es creer primero en el amor que tienes y después creer en ella. 

Pero, cuando llego al después, no sé. No recuerdo la última vez que me dijo que me amaba, debió ser hace mucho. En fin, no ha tenido tiempo con tanto problema.

Aunque yo tampoco he tenido tiempo pero siempre estoy ahí con ella, si necesita me ayuda ahí estoy, siempre que puedo le digo que la amo...Tendré mis problemas pero ahí está en claro mi amor , amor que demuestro constantemente. 

Son sólo decepciones amorosas y ya...

¡Mira que tenemos aquí, es un mensaje de ella! (...) Bueno, me dice que mañana tampoco tendrá tiempo...Ha sido solo un saludo efímero; aunque me reconforta que se acordara de mí.

Cualquiera se puede acordar de alguien...y ni un ''te amo''...

Sólo quisiera llegar a mi casa.

¡Pero mira! Ya estoy ahí. Ah, pero es solo un cuarto. Mi familia, no me deja en paz. ¿Qué les hago yo? Yo les dejo hacer su vida, no los molesto, pero ahí están ellos y me incordian en todo. Incluso ellos tienen errores y no les recuerdo eso todo el rato. Ya sé que necesito mejorar, pero denme tiempo, no soy una máquina. Pero no, si digo lo que pienso me echan de la casa. Por esto quisiera largarme de aquí.

Son pensamientos malos y ya, en el fondo sé que lo hacen porque me aman...

Su modo de amar es estúpido. Criticando todo lo que hago. ¿Es eso amor en realidad? Incluso entre ellos se tratan mal ¿qué ejemplo es ese de amor? Basta, quiero vivir en paz. No saben lo que es amor y el aprecio mutuo. Yo le demuestro a la gente que aprecio que, efectivamente, los aprecio. Pero, es un aprecio. Yo nunca tengo esa reciprocidad de afecto...Nadie sabe amar.

Ya estoy cansado, eso es todo, no fue un buen día el de hoy. Nada, todo aburrido y me he llenado la cabeza de pensamientos tristes. No sé como soporto esto.

En fin, que la vida sigue. Aunque quisiera algo que me motivara a seguir adelante...Todo es detestable, aburrido, y cuando estoy feliz algo viene y tiene que arruinarme el día.

Sé que tengo que tener esperanza. ¿Pero cómo demonios tiene alguien esperanza con todo esto? Ya, el ambiente no es conforme a mis intenciones, es todo. 

Quisiera dormir. Tantas decepciones, enojos, frustaciones y melancolías. Duelen. Saben, duelen. Afecta mucho no poder decir al menos una vez ''Hoy fue un gran día''. Aunque pensandolo mejor, a nadie nunca le he escuchado eso. Mis amigos tienen problemas, mi familia los tiene y yo los tengo. 

¿En qué mundo estamos? A veces solo pienso que me ha tocado vivir en la época de la humanidad en la cual menos se aprecian los sentimientos de los demás.

Quisiera que se acabara todo esto, porque es triste. Ya va, son cosas. Cosas malas que me suceden.

Nada más quisiera un aliento de vida, algo que me diera motivos de ver el mañana como una nueva oportunidad. Pero todo esto se viene a la basura cuando pienso que la vida es aburrida. Cada día es aburrido. El amor es aburrido, la vida es aburrida. 

Solo quisiera cerrar mis ojos y no ver nada, pero hasta mis pensamientos me traicionan y me recuerdan todo esto. Quisiera saber si esto cambiará, o mi realidad se limitará a repetir cada día como un un disco rayado.

...Son solo lágrimas.

...Pero, no, ¡debo seguir adelante! Vivir es nuestro último triunfo, ¿no?...

Quiero dormir, pero cuando estoy así, no logro conciliar el sueño. 

Es difícil ser feliz...todos con el odio...es cansado...el sueño me ayuda mucho con tanta tensión...

Y la tarea que debo entregar mañana. No, tengo que levantarme temprano. Qué maldición...

Odio mi vida...

lunes, 10 de septiembre de 2012

Muéstrame mis sentimientos falsos.

Yo era una persona que creía que la naturaleza era una manera de comprender el comportamiento de aquellas cosas ajenas a la voluntad humana.

''No llores.''

Yo era una persona que era capaz de ver a esas personas que me rodeaban y concebir la idea de cuán afortunado y a la vez miserable era.


''Solo necesitas ver sus sentimientos.''

Yo era una persona que cuando te veia me preguntaba qué era verdaderamente amar.

''Nadie lo sabe''

Yo era una persona que soñaba con ver a todos juntos, que veía en el futuro una felicidad llena de sorpresas, un mundo de colores vivos y llenos de sentimientos, los cuales todos podriamos sumergirnos como niños en un estanque de pelotas de colores, buscando diversión y felicidad.

''Son solo ilusiones''

Yo era una persona que deseaba con la más fuerte pasión que me vieras a mí, que vieras lo que yo era, que vieras mis sentimientos, que ignoraras mi apariencia, que me juzgaras por mis acciones, por mi comportamiento, por mi personalidad. 

''Ella también estaba confundida''

Yo era una persona que lloraba en esos días en los cuales no encontraba paz en su corazón, que sus latidos eran nada más sonidos provenientes de un órgano más.

''El corazón es un niño al que, según educamos, tenemos que consentir''

Yo era una persona que personificaba la injusticia como una manifestación de la confusión de los humanos a no entender porqué no lograban sus sueños.

''Permitete vivir''

Yo era una persona que deseaba ver una bandera alzarce al final de mis batallas, esperando recibir una recompensa por todo mi esfuerzo, por toda esa fuerza que yo empleaba en mis decisiones, ser un combatiente feliz.

''El sonido de las gotas, antes las escuchabas, antes eran pocas, antes no eran.''

Yo era una persona que tocaba un instrumento musical esperando desahogarme con todas esas melodias que me imaginaba, esperando hallar así una forma de consolarme con las vibraciones de las notas golpear en mi pecho, expresar mis tristezas y alegrías al mundo.

''El silencio también es música''

¿Entonces? ¿Acaso no puedo vivir conforme a mis sentimientos? ¿Tengo que estar obligado a obedecer los protocolos de la cotidianidad? ¿Soy un ser limitado a existir? ¿El humano realmente merece vivir una vida como la que otorga este mundo? 

¿Realmente crees que me vas a convencer que la humanidad está limitada a sentir lo que ve y escuchar lo que entiende?

''En momentos así...''

Jamás.

''Nunca lo verás''

¿Tendré que morir?

''La felicidad está en la nada''

¿Es eso un sí?

''Las respuestas están en ti''

Yo era una persona que creía que las respuestas estaban en mí, pero me di cuenta que no todo en este mundo converge con nuestras ideas.

''Soy un vil mentiroso, pero soy alguien a quien acudes solo para que te haga sentir bien'' 

Yo era una persona que no creía en seres superiores, que la humanidad tiene el potencial suficiente para valerse sobre si mismo y que todos somos capaces de ser felices sin creer en nada, pero que sin embargo, también creía que tú, de alguna manera, ayudabas a la gente a confiar en si mismas.

''No soy Dios''

Yo soy una persona.

''Estoy en ti''

Yo era una persona que creía en el potencial humano, pero que difícilmente podría creer en sus propios ideales cada vez que volteaba la mirada y miraba lo cuán destruida y perversa estaba la sociedad. 

No hables.

''Soy un sentimiento nacido de la muerte de los demás sentimientos humanos, provengo de la tumba de aquellos sentimientos que fueron enterrados porque murieron tras haber recibido una sepultura llena de lágrimas a causa de la desilusión.''

Callate, por favor.

''Si la humanidad creyera en los sentimientos ni tú ni nadie pasara por la infelicidad. Soy el sentimiento más noble.''

Yo era una persona que, a pesar de todo, mostraba una sonrisa. No me importaba lo que me pasara, no olvidaba que esa sonrisa recorriera mi rostro. Nunca me importó lo demás.

''Hipócrita''

Idiota.

''Te dejas llevar''

Yo era una persona que, creía en ti.

''Es imposible que te engañes a ti mismo''

Yo era una persona que dudaba, pero que al final yo decidía mis acciones con demasiada determinación.

Misma determinación que me lleva a decir que la humanidad no necesita creer en ti.

''Si lo necesita''

Los sentimientos son solo sentimientos, independientemente de quienes nazcan.

No te dejes llevar por los sentimientos, ellos nunca te llevarán a nada. Los sentimientos son luces en nuestros caminos, pero no nos muestran el final de éste.

''No los engañes''

Yo era una persona que decía la verdad sin importar las implicaciones de eso, la verdad nos hará libres.

Me es suficiente todo este drama.

''Regresarás a mí, lo sé''

El circulo vicioso es posible romperlo a base de la voluntad.

''¡Nunca lo sabrás!''

Ya veremos.





 

 


domingo, 9 de septiembre de 2012

El control remoto.

Ahí iba yo, dispuesto a entretenerme un rato, pero entonces sucedió.

No encontraba el control.

Dilemas se fueron contra mi cordura, que la locura nada más alentaba. El control remoto lo había perdido, no sabía por donde buscar. Me rascaba la frente como una manera de desestresarme y poder concentrarme en recordar en donde había dejado ese dichoso artefacto que por algun tipo de magia no estaba en su lugar. Ese lugar al cual he asignado la tarea de evitar justamente lo que ahora mismo me acontecía, demostrando que había fallado en su propósito.

Pensaba si quizá lo había dejado allá en la cocina, pero luego recapacité y pensé en mi cuarto. Sin embargo, una voz en mi interior me decía algo.

-Detrás de ti.-

No, en el sofá no estaba ni en otro lugar de la sala.

-Buscar no es solo ver los muebles y juzgar a simple vista, sabes.-

Eran hirientes los comentarios de esa voz.

No deberían de juzgarme tan prematuramente, yo no busco con solo ver por sobre la mesa y decir ''no está'' porque no lo veo ahi, es que yo miro detenidamente y calculo los factores. Si el control estuviese ahí, sobre la mesa, varios detalles me lo dirían claramente.

-No mires esa luz que por encima tuyo tienes como guía de tu vida y no vuelvas la mirada para poder apreciar tu poca memoria, ahí es, ahí es. lala.-

Supongo que encender la luz me ayudaría de mucho.

-Pero así eres, un ángel que se deja llevar por los vientos de la vida, y por las ráfagas de este mundo que atormenta los árboles que se siembran en nuestra conciencia.-

Es cierto, no debería buscar en los lugares sin tener un método, sino en aquellos en donde yo he estado.

-No mirarás más allá de lo que te permites ver.-
¿Detrás del televisor?

No creí que fuera posible, pero lo fue posible, como todo lo que se cree imposible. Ahí estaba para motivo de mi risa.

Fingiendo que era un tipo como los demás, recogí el control del suelo de la parte trasera del televisor para irme dando cuenta que no tenía baterías. 

Fingí cordura.

No eran más de las medianoche y ya quería asesinar a alguien. Ayer fueron los libros de estudio, ahora he perdido las baterías.

No, permitan darme un momento y hablemos. ¿Realmente yo tengo la culpa de haber perdido las baterías? Claro que no. Esto es solo una artimaña más de aquello que no me deja cumplir con la ardua tarea de ser feliz: Imprevistos.

¿Y cuál es la razón de mi ser en un mundo donde he perdido el control? ¿Acaso tenía que irme a dormir y creer que mañana todo volvería a la normalidad? ¿Vida, es así cómo me demuestras que hasta en esto tengo problemas?

Fui a la cocina y tomé un vaso de agua. De agua no, con agua. Y se me calló. Se derramó, saben.

Era el preludio de una mala noche. Porque mi noche apenas empezaba.

Decidí interceder en mi diario vivir y me fui a sacar uans baterías que estaban guardadas en la cocina. Fui y vine en consecuencia de mi desesperación y aburrimiento.

Qué va. El control remoto me llevó a ver como dos personas consumian un acto sexual. Los accidentes pasan, como que por casualidad enciendas el televisor y aparece una escena de sexo explícito.

Imprevistos, sucedían de manera paulatina en mi noche.

Y ya que pasé el canal, decidí dormirme en el sofá de la sala.

No sé porqué me compliqué la vida. Tan solo quería dormirme, no sé a qué vine a la sala.

Ah sí, el control remoto de la sala también sirve con mi televisor de mi habitación.

-Para un solo objetivo, hay muchos métodos.-

Lo sé, pero es que no podría permitir que mi aburrimiento me llevara a dormir. Odio aburrirme, y odio que por estar aburrido haga cosas fuera de mi naturaleza.

El control remoto tenía una cara de risa, con esos botones de ON/OFF y 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 0, retroceder y avanzar. Volúmen, y eso.

Estaba desconfigurado, el control remoto no lograba hacer obedecer a mi rebelde televisor.

Ya vida, ya vida, he entendido la metáfora.

El final de mi noche es tan obvio que me da sueño escribirlo. Hey, mira la ironía.

¡Leer no hace daño!